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martes, 9 de diciembre de 2008

La integración funcional: el medio interno

La Fisiología, ciencia que estudia las funciones de los seres vivos, trata de explicar los fenómenos físicos y químicos correspondientes al desarrollo y continuidad de la vida. En el hombre, las distintas funciones que llevan a cabo las diferentes partes del cuerpo se realizan de una forma armónica y coordinada. Puede afirmarse por ello que cada organismo constituye una unidad anatómica, funcional y psíquica.
Medio interno:
La independencia de los organismos multicelulares, como en el caso del ser humano, con respecto al medio externo se fundamenta en que sus células y tejidos no están afectados por las influencias exteriores de una forma directa, ya que están protegidos o "envueltos" por el medio interno, un líquido extracelular. Este líquido del que forman parte la sangre y la linfa, transporta las sustancias nutritivas necesarias para la vida de las células; está en constante movimiento y se distribuye de manera que todas las células del organismo están bañadas por el mismo líquido. [Fig. 1] Para que el organismo humano funcione correctamente es necesario que ese medio interno se mantenga constante y viceversa. Las diversas funciones del cuerpo humano ejercen una acción continua para mantener la constancia del medio interno. [Fig. 2] 
Esta independencia es tanto mayor cuanto mayor es la constancia del medio interno, lo cual es fácil de comprender si comparamos un poiquilotermo (mal llamado animal de sangre fría), como una serpiente o una rana, con un homeotermo (animal de temperatura constante), como el hombre. El primero necesita una temperatura mínima externa para estar activo, es decir, moverse, obtener el alimento, reproducirse, etc.; si el medio externo no alcanza esa temperatura se aletarga y suprime toda actividad. En cambio, el hombre, cuya temperatura interna es de 37 ºC, es capaz de vivir y desarrollarse casi a cualquier temperatura de las que se registran en la superficie de la Tierra, debido a que su medio interno mantiene la temperatura óptima para el funcionamiento del organismo, independientemente de la temperatura externa.
Cuando algún factor del medio interno se desvía de la normalidad hay procesos dinámicos de autorregulación que devuelven el medio interno a la normalidad de la que fue separado, pues una desviación en una dirección desencadena una reacción en sentido opuesto. [Fig. 3] Si bien todas las funciones del organismo están coordinadas e integradas para que el hombre pueda funcionar como una unidad o un "todo", dos son fundamentalmente los sistemas que llevan el peso de la regulación: el sistema nervioso y el sistema endocrino.

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